12 de diciembre de 2025
Por Kent Ezell
2 Corintios 6:3–10
«No ponemos obstáculo alguno en el camino de nadie, para que no se halle falta en nuestro ministerio; al contrario, como servidores de Dios, nos recomendamos en todo: con mucha paciencia en tribulaciones, necesidades y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos, desvelos y ayunos; con pureza, conocimiento, paciencia, bondad, el Espíritu Santo y amor sincero; con palabra verdadera y con el poder de Dios; con armas de justicia en la mano derecha y en la izquierda; en honra y deshonra, en mala y buena fama. Somos tenidos por impostores, pero somos veraces; como desconocidos, aunque bien conocidos; como moribundos, y ya veis que vivimos; como castigados, pero no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como que no tenemos nada, aunque lo poseemos todo».
Introducción
• Pablo escribe esta carta a los creyentes de Corinto para explicarles cómo llevó a cabo su ministerio entre ellos.
• Aunque algunos lo juzgaron e incluso lo despreciaron, él no se defendió ni buscó vindicación. En lugar de eso, permitió que su vida —marcada por humildad, perseverancia y fidelidad— recomendara su ministerio.
• Sus palabras nos recuerdan que la credibilidad de nuestro mensaje como líderes cristianos no depende tanto de lo que decimos, sino de cómo vivimos delante de los demás. Ya sea que dirijamos escuelas, enseñemos a niños o guiemos a un equipo de trabajo, estamos llamados a modelar fidelidad mediante la dependencia de Dios, aun cuando el camino sea difícil.
• Pablo nos muestra que el verdadero ministerio no se recomienda por el éxito o el reconocimiento, sino por dos elementos esenciales:
1️. Una fidelidad que brota de la cercanía con Dios, y
2️. Una perseverancia que lo glorifica en medio de la dificultad.
• Examinemos brevemente la enseñanza de Pablo…
La fidelidad fluye de la cercanía con Dios (vv. 3–7)
• Comienza en el versículo 3 diciendo:
«No ponemos obstáculo alguno en el camino de nadie, para que no se halle falta en nuestro ministerio; al contrario, como servidores de Dios, nos recomendamos en todo».
• Su preocupación evidente no era su reputación, sino evitar que algo en su conducta estorbara el evangelio que predicaba. Y ese es el sello de un siervo fiel.
• Para nosotros, como educadores cristianos, esto significa que nuestra honestidad, justicia, humildad y compasión deben brotar de nuestra comunión diaria con Dios. Esa ha sido —y es— nuestra única fuente de poder para cumplir la obra que Él nos ha encomendado.
• Desde el principio, Dios exigió que sus líderes obtuvieran sabiduría y fortaleza de Él a través de su Palabra.
• ¿Recuerdas lo que dijo a Josué al prepararlo para guiar a su pueblo hacia la tierra prometida?
«Este libro de la Ley no se apartará de tu boca; meditarás en él día y noche… Porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien» (Josué 1:7-9).
• El éxito de Josué no provino de su habilidad, su estrategia militar ni sus destrezas de liderazgo —aunque las necesitaba—, sino de su cercanía a la Fuente: Dios mismo.
• Incluso a los reyes de Israel se les ordenó mantener una copia de la Ley junto a ellos para conocer la voluntad de Dios y gobernar con sabiduría divina.
• Permíteme ilustrarlo: ¿de qué sirve el smartphone más moderno si su batería está agotada? Sin conexión a la energía, no es más que una carcasa costosa.
○ Del mismo modo, si confiamos en la experiencia, los títulos, los sistemas o la formación, pero descuidamos la comunión con Dios, somos como ese teléfono sin vida: impresionantes por fuera, pero sin poder real.
• Jesús dijo: «Separados de mí, nada podéis hacer».
○ No “menos”: nada. Ningún fruto verdadero, ninguna transformación duradera en nuestros estudiantes, ninguna sabiduría real para liderar: nada.
Para nosotros, como educadores cristianos
• Hermanos y hermanas, no somos simples educadores: somos formadores de discípulos. Nuestra misión es espiritual antes que académica. Y la obra espiritual requiere fuerza espiritual, la cual solo proviene de permanecer en Cristo.
• Permanecer es mantenerse conectado: por medio de la oración, la Palabra y la obediencia. No es una tarea más, es nuestra línea de vida.
• Así como un teléfono necesita recargarse constantemente, nosotros necesitamos renovación continua en la presencia de Dios.
○ Cuando permanecemos en Cristo, su vida fluye en nosotros, produciendo fruto duradero: corazones transformados, decisiones sabias, gozo renovado y gracia aun en la aflicción.
• Como alguien dijo:
«El objetivo último de la enseñanza cristiana no es solo transmitir bien el contenido, sino capacitar a los estudiantes para comprender, vivir y aplicar la verdad de Dios en el mundo».
• Nadie puede dar lo que no tiene…
Por eso, al iniciar esta conferencia ABI, pregúntate:
○ ¿Qué tan cerca estoy de Dios hoy?
○ ¿Estoy más cerca de Él ahora que hace un año?
○ ¿Mi ministerio se sostiene en su fuerza o en la mía?
• No pregunto si tu escuela es exitosa; quizás lo sea. Lo que pregunto es: ¿quién —o qué— te está guiando, hermano mío?
La fidelidad implicará dificultades (vv. 4–10)
• Pablo pasa ahora de la fuente del ministerio a su costo…
(vv. 4–5): «con mucha paciencia en tribulaciones, necesidades y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos, desvelos y ayunos…»
• Estas no son señales de fracaso: son marcas de verdadera fidelidad. Dios usa las pruebas para formar a sus siervos: para hacerlos humildes, dependientes y fuertes en la gracia.
• Nuestras pruebas quizá no sean como las de Pablo, pero no por ello son menos reales:
○ Jornadas largas en la escuela, múltiples responsabilidades,
○ Desánimo cuando otros no comparten nuestra visión,
○ Malentendidos con padres de familia o personal,
○ El peso emocional de guiar estudiantes en un mundo secular.
• Pero ninguna de estas experiencias es inútil: cada prueba es una invitación a mostrar la suficiencia de su gracia. Como Dios mismo dijo a Pablo:
○ «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Co 12,9).
• Alguien dijo: «Cuando te sientas agotado o no valorado, recuerda: el ministerio es una cruz antes de ser una corona».
• La fidelidad requiere con frecuencia más perseverancia que brillantez.
• Y el Espíritu sostendrá aquello a lo que Dios te ha llamado —incluso cuando te sientas débil—. «Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co 12,10).
• Escucha de nuevo a Pablo (6,10):
«Como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como que no tenemos nada, aunque lo poseemos todo».
• Esa es la gran paradoja del ministerio: la pérdida trae ganancia; la debilidad revela fuerza.
Conclusión
En resumen, la vida de Pablo nos enseña dos verdades permanentes que debemos recordar al servir a Dios en nuestros ministerios:
1️. La fidelidad fluye de la cercanía con Dios.
Nuestro ministerio produce fruto duradero solo cuando nace de la intimidad con Cristo.
2️. La fidelidad será probada mediante la dificultad.
La perseverancia es el sello de un siervo moldeado por la gracia.
• Como líderes en la educación cristiana, no somos meros administradores, sino pastores de almas.
Nuestro legado más grande no serán edificios o programas, sino vidas transformadas por una fidelidad silenciosa y constante al evangelio.
«Por lo tanto, teniendo este ministerio según la misericordia de Dios, no desmayamos» (2 Co 4,1).
• Así que, hermanos y hermanas, ¡no desmayemos! El Dios que nos llamó es el Dios que nos sostendrá.
○ Que nuestra perseverancia muestre su fuerza y que nuestra vida recomiende el evangelio que enseñamos.
Autor:

Kent Ezell y su esposa Reba son los fundadores de Faith Journey . Faith Journey ofrece a las escuelas cristianas una aplicación web y móvil fácil de usar que captura momentos que ayudan a forjar la fe de los estudiantes. Estudiantes, maestros y padres pueden reflexionar sobre estas experiencias. Kent actualmente es maestro de quinto grado en la Escuela Cristiana Dutton . Ha desempeñado diversos cargos educativos, incluyendo profesor de matemáticas y Biblia en secundaria, profesor universitario, director de admisiones, responsable de donantes, administrador escolar y consultor curricular de CSI. Él y Reba tienen dos hijos, Carolyn y Joshua.
[1] (*) CACE (Center for the Advancement of Christian Education) blog post titled “Evidence-Based Approach to Student Faith Formation, Part 3” by Kent Ezell (published November 5, 2025).
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